Por el postergado de la novena fecha, Godoy Cruz visitaba a un necesitado San Lorenzo en busca de sellar su clasificación a cuartos de final de la Copa de la Liga.
El conjunto de Oldrá comenzó a andar la parte más irregular desde que asumió su actual interinato en la bodega.
Enfrente Rubén Darío Insua y un plantel que no logró encontrar el funcionamiento esperado a pesar del talento de varios de los jugadores de sus filas.
Los once elegidos por el Gato en el Nuevo Gasometro para iniciar el partido fueron: Petroli; Arce, Barrios, Rassmusen y Pereyra; Poggi, Andrada, Fernández y Muñoz; Conechny y Badaloni.
PRIMER TIEMPO
El comienzo del partido fue atípico debido a las características que el Expreso había enseñado hasta esta instancia de la copa. El control del balón y las intenciones estuvieron a favor de San Lorenzo. Además, la inseguridad de Lucas Arce y Pier Barrios, junto con el desequilibrio de Nahuel Barrios por la derecha y un incómodo Diego Herazo en el centro del ataque, exponían una dinámica ofensiva por parte del Ciclón.
El equipo local se mantuvo muy prolijo en el traslado y armado del juego hasta las inmediaciones del área de Godoy Cruz.
Poco a poco, el equipo de Daniel Oldrá comenzó a encontrar espacios en el mediocampo. Con Nicolás Fernández como lanzador y Hernán López Muñoz interviniendo en la creación del juego, la visita buscaba pases clave hacia Tomás Badaloni y Tomás Conechny, aunque sin éxito en los primeros intentos. Esto, debido a que el Gallego Insua planteó una mitad de cancha poblada, con Manuel Insaurralde y Elian Irala molestando en la zona de creación de Godoy Cruz. Al puntero le resultaba muy difícil liberar espacios o colocar balones con claridad.
Empate a cero al finalizar el primer tiempo, en un partido muy físico y con poca acción para ambos equipos de cara al arco. Faltó intensidad en el Tomba. Meritorio lo del Cuervo.
SEGUNDO TIEMPO
El complemento no varió demasiado en el principio. Godoy Cruz estaba un poco más errático, con un impreciso López Muñoz y Roberto Fernández perdiendo algunos balones que no suele perder. Sin embargo, los de Boedo no presentaban peligro alguno para la humanidad de Franco Petroli.
Con el 0-0 parcial urgían los cambios, después del gol de Tarragona eran una obligación.
En un lapso de diez minutos, el árbitro del partido, Andrés Gariano, decidió meterle la mano en el bolsillo a Godoy Cruz. Primero cobrando una falta inexistente en las inmediaciones del área, que posteriormente fue gol de San Lorenzo. Más tarde, la grosera decision de no cobrar tiro libre indirecto dentro del área local tras un pase de Gonzalo Luján a las manos del arquero Facundo Altamirano. Insólito.
Ya con la desventaja en el marcador, el ingreso de Bruno Leyes y Facundo Altamira le dieron mayor verticalidad al equipo. A esto se sumó la entrada de Salomón Rodríguez para ser más frontal en la búsqueda del empate.
La mitad de cancha desapareció y Oldrá apostó todo a buscar la igualdad. Un arma de doble filo debido a que en defensa cada contraataque del Cuervo era practicamente mano a mano con los zagueros centrales.
Pese a la actitud de buscar la igualdad por vía aérea, el equipo jamás encontró los caminos y la derrota se concretó en el Bajo Flores.
Insisto en que Godoy Cruz (inevitablemente), se convirtió en un equipo previsible, sumado a algunos rendimientos bajos en el plantel, que lamentablemente se están volviendo recurrentes de un tiempo a esta parte.
Hoy faltó el ímpetu de cara al gol que se pudo ver en el comienzo de esta Copa de la Liga. En una cancha complicada y ante un rival necesitado, Godoy Cruz atraviesa el peor momento desde que arrancó el año, sin embargo quedan tres partidos para sellar el pase de ronda y comenzar a preparar los cuartos de final.
Las cartas están en la mesa y será el Expreso quien decida cuando avanzar de ronda, mientras tanto no es todo gris. Los rivales siguen teniendo el respeto que supo ganarse el club mendocino, por eso se ubica donde se ubica. Toca barajar y dar de nuevo.