Por la primera fecha del Torneo Binance, Godoy Cruz perdió una final ante un rival que propuso absolutamente nada.
Comenzó un nuevo semestre pero las sensaciones son las mismas. El Expreso perdió un partido insólito producto de una seguidilla de errores que se hacen presentes hace mucho tiempo.
La situación no da para tibiezas. A un plantel corto de nombres (y también de jerarquía) se le suman las malas decisiones dirigenciales, los cambios erróneos por parte de la dupla y la falta de coraje de muchos intérpretes.
Guillermo Ortíz como capitán es un hecho inxeplicable. En numerosas ocasiones ha demostrado no estar a la altura y hoy no fue una excepción, fue muy mala su actuación y no posee la impronta que un capitán debe de tener.
Otro cambio inentendible fue el de Guiilermo Pereira. Cada vez que ingresó no fue relevante, es intranscendente su estadía en Godoy Cruz y totalemente insostenible.
Platense, con poco y nada, supo superar a un conjunto visitante que es totalmente endeble y apático. Muy poca resistencia presentó el equipo del dueto técnico que se vio superado por su propio malobrar.
La falta de jerarquía, tanto en la cancha como en el banco, significan un punto de inflección en cada partido del Tomba. Los que ingresan, en su mayoría, no están a la altura de las circunstancias. Hay jugadores que nunca significaron una garantía cada vez que les tocó entrar.
Abrego, ambos Ramírez y Allende fueron los únicos puntos fuertes. El resto, con mas bajos que altos y en algunos casos con solo bajos, tuvieron una pálida actuación en una final por los promedios.
Peor forma de arrancar el campeonato no había. Se perdió ante un contricante directo, se otorgó una actuación preocupante y los demás equipos que están en la pelea han sumado puntos. Esta derrota debe servir para moverles el piso a los encargados de armar el plantel, la falta de refuerzos de calidad es notoria y, hasta que el plantel no se nutra, será muy complicado darle la vuelta a una situación cada vez mas dura.