Godoy Cruz aún tiene dificultades para superar las falencias crónicas que se gestaron en el final de la temporada anterior, y las repite luego de una pretemporada: insinúa, pero no concreta, recibe goles antes que convertirlos y tropieza al momento de generarle oportunidades al nueve.
El Tomba salió decidido a la cancha, dominó y le dejó poco margen de peligro al rival. Se precipitó de manera muy vertical, como ya es habitual. Si bien tuvo dos situaciones claras (Bullaude y Allende, respectivamente), en proporción a la conducción que protagonizó, no consiguió la precisión del último pase o los recursos para dinamizar y encontrar el espacio que transformara la superioridad en números.
Con los antecedentes en mano, se veía venir la virtud del rival para aprovechar la dilapidación del Tomba. En complicidad con Leonel González, quien desatendió su espalda con pocos atisbos de profesionalismo, Farías recibió un centro en soledad y la colocó con mucha técnica.
No obstante, el nivel de los momentos de buen juego es, más que señales positivas en beneficio de un ideario del técnico, de alguna u otra forma intrascendente. Poco pesa la actitud o la belicosidad instalada durante la semana si se descuida todo el resto de funciones que hacen al juego; es decir, lo más importante: por un lado, la elección de la formación sin laterales naturales (en este caso, con mayor justificación la precaución en la banda izquierda), con todas las herramientas que te quita la falta de proyección de futbolistas como Pintado, teniendo en cuenta que hoy los espacios se encontraron por los bordes.
En otra categoría estratégica, los cambios poco justificables. Matías Ramírez, el mejor del equipo, salió cuando la situación más ameritaba su presencia. Luego, ya más predecible, la sustitución de nueve por nueve cuando, a todas luces, se anunciaba que no cambiaría la ecuación. Finalmente, el refuerzo más relevante del Tomba, Salomón Rodríguez -goleador del torneo uruguayo- no sumó minutos en lo que va de la competencia. El libreto continúa y el porcentaje de eficacia en el ciclo del “Traductor” es negativo.
A pesar de los errores individuales que tuvo el Expreso en los goles de Colón, una noticia atemporal y ya bien conocida, las acciones de Diego Flores denotan poca seguridad. Godoy Cruz necesita encontrar un equilibrio para mantenerse en Primera.