En otra pobre actuación, Godoy Cruz perdió ante Colón en Paraná por la segunda fecha de la Copa Binance.
“El equipo del Traductor”, un cántico que atrajo mucho en un inicio, pero con un efecto totalmente efímero. Hoy por hoy, el “Tomba” es un equipo débil. Aún no se entiende la idea que pretende plasmar el entrenador y se cometen errores insólitos.
La inocente marca de Leonel González en el primer gol, el grosero error de Juan Espínola en el segundo y la mano infantil en el tercero. A estos desaciertos se le suman los de Diego Flores (que son varios y benefician demasiado a los rivales).
El técnico decide sacar a la figura (Matías Ramírez) en el mejor momento del equipo. Además, no cambia a Ojeda en ningún momento a pesar de no estar a punto físicamente (algo que Flores confesó en la conferencia de prensa luego del empate ante Tigre) y demás decisiones que carecen totalmente de sentido.
Luego de meses, aún no se logra comprender que pretende el entrenador de sus delanteros de área. Únicamente se encargan de correr a los defensores contrarios y de tratar de “pescar” algún rebote.
La falta de eficacia de los puntas fue clave en el torneo anterior, debido a esto la directiva consiguió fichar al goleador del torneo uruguayo (Salomón Rodríguez) y este no ha disputado ni un solo minuto.
Flores continúa en su idea de jugar de memoria sin importar el rival. El planteo es el mismo, los cambios son cantados y lamentablemente los resultados también.
Si tanto entrenador como plantel no son capaces de hacer autocrítica y enmendar los groseros errores que se cometen, Godoy Cruz no tiene un buen futuro en la Primera División.