Godoy Cruz volvió a perder ante un rival que necesitó poco para ser superior.
Desde la llegada de Diego Flores se notó un cambio importante. La idea de juego dio de qué hablar y los resultados eran sorprendentes, pero existe una posibilidad de que se le haya subido mucho el precio a aquellos partidos.
Goleadas a Gimnasia (equipo que venía mal y acababa de cambiar de DT), Independiente (conjunto que no encontró un estilo de juego en todo el campeonato), Aldosivi (en ese entonces el peor del torneo) y la victoria ante Racing (un flojísimo rival que complicó mucho al Tomba).
La intención para nada es restarle méritos al trabajo realizado ni mucho menos, el punto de la cuestión radica en que (tal vez) le dimos más valor a victorias ante contrincantes que estaban débiles.
Después del torbellino de los primeros partidos la realidad comenzó a tocar a la puerta. La intensidad en la marca era difícil de sostener y los rivales le agarraron la mano al estilo Flores.
Ante el surgimiento de este problema se esperaba alguna modificación en el planteo, algo que nunca sucedió. El primer gran problema de Flores es que le juega a todos igual y, aún más en el fútbol, se sabe que entre equipo y equipo hay un mundo de diferencia.
Mientras los resultados acompañan estos inconvenientes no se notan, pero cuando no llegamos a lo que sucede en el presente. 1 victoria en los últimos 9 encuentros, desempeño pobre, ataque flojo y defensa débil.
El “Traductor”, en numerosos encuentros, decide acumular jugadores en el medio o en ataque (dependiendo del partido) como si se tratase de un problema cuantitativo y no cualitativo.
Es el camino fácil recaer en que Tomás Badaloni atraviesa su peor momento, que la defensa tiene errores sorprendentes, que Juan Espínola (a veces) peca de exceso de confianza, entre muchos otros casos puntuales. Lo cierto es que Godoy Cruz juega mal, no tiene personalidad ni estilo y hasta posee momentos de tibieza.
La semifinal está a la vuelta de la esquina, pero no descuidemos los promedios que hoy ponen al Tomba como anteúltimo y con posibilidades de finalizar el torneo como el peor de todos.
El fútbol se mide y se valora en resultados. Y estos hoy plasman que el conjunto de Flores está en mitad de tabla (a 8 puntos del último puesto), en zona de descenso y que ha ganado 1 partido de los últimos 9. La situación, sin lugar a dudas, es más que preocupante.