Godoy Cruz ganó, gustó y goleó. Pero no todo fue de sus delanteros, también hubo un gran responsable de esta merecidísima victoria.
Allá en enero de 2020 se oficializó la llegada de Espínola que venía libre de Nacional de Paraguay. No tenía lugar en el equipo paraguayo, y arribó al conjunto de Méndez para intentar hacerse con un lugar entre los once titulares habituales.
Con buenas actuaciones que le daban lugar en el equipo fue metiéndose de a poco en la máxima consideración del Gallego. Sufrió perderse el partido frente a River por lesión, y volvió mejor que nunca.
Esta noche estuvo formidable. Si bien le encajaron dos goles, en ninguno la responsabilidad fue suya. Y es que cada vez que se mete entre los tres palos la seguridad en el arco tombino es mucha.
La realidad es que va a ser difícil que se vaya del arco un golero tan seguro, que ante cada mano a mano deja la vida. Y esta noche para los tombinos fue el guardián que garantizó gran parte de este triunfo. Colmán y Badaloni se llevaron todas las fotos, pero Espínola hizo el trabajo sucio para ayudar en estos tres puntos que vienen para Mendoza.