Desde las 21.45 hs, Godoy Cruz salió al campo de juego del Malvinas Argentinas para enfrentar al Tatengue con el clásico 4-4-2 que planteó Mario Sciacqua desde su llegada a Mendoza.
Rey como dueño del arco, Carrasco, Ferrari, Cardona y Almeida en el fondo. Merentiel, Cartagena, Andrada y Brunetta en el mediocampo, y finalmente Lomónaco y el Morro García en la parte ofensiva.
En la primera parte del encuentro, el Tomba salió jugando mano a mano denotando más seguridad en el centro, en contraste con el visitante. Luego del gol que le dio el triunfo parcial al local, los de Sciacqua se formaron de otra manera: el Morro quedó como único delantero, Merentiel intercambió su posición con Brunetta pasando al sector izquierdo y este último a su posición habitual, enganchando al resto del equipo con los atacantes con una buena conducción en el medio campo. Por detrás, Cartagena atento abriendo el juego y Juan Andrada, quien conectaba el equipo con los defensores.
En el segundo tiempo las cosas comenzaron a cambiar a partir del empate de Unión de Santa Fe: el entrenador tombino decidió entrar al campo de juego con el primer cambio: Leandro Vella por Lomónaco para darle un cambio de individualidad al juego ofensivo. Más tarde, ingresó Agustín Manzur por Andrada para acompañar a Cartagena que a pesar de todos sus esfuerzos, no era suficiente para dar solidez en la defensa que permanecía en desequilibrio, sector que increíblemente no recibió ningún cambio por parte del entrenador.
El último cambio fue de Badaloni por Merentiel para intentar darle más potencialidad con la ayuda de la expulsión de Carabajal, pero el Tomba no pudo con su peor enemigo, la frustración y la incapacidad para resolver cualquier situación que lo incomode o lo amenace. Desolador y acomplejado horizonte para Godoy Cruz que parece encontrarse en un callejón sin salida.