Godoy Cruz tenía que ganar y lo hizo. Fue 2-0 sobre Sporting Cristal mostrando una gran superioridad y estos 3 puntos le permiten ubicarse en la segunda posición del grupo a falta de una fecha.
Y, a pesar de que este partido era de vida o muerte para el futuro en la Copa, fueron los pibes de la casa los encargados de sacar el mismo adelante. A continuación, un breve repaso de lo que fue el rendimiento de éstos:
Roberto Ramírez: cuando tenía que aparecer, apareció. Dos atajadones sostuvieron el 2-0 y se llenó de confianza para lo que restaba del encuentro. Se mostró muy seguro tanto por arriba como cuando lo comprometieron por abajo. Una nueva valla invicta para el 1.
Agustín Aleo: partidazo con todas las letras de “Chicho”. El pibe hizo todo bien en la noche mendocina y se convirtió en la gran figura. En la marca no pasó sobresaltos; en ataque se cansó de generar peligro. Pasó con mucho criterio a lo largo de los 90 minutos y tras un centro suyo llegó el segundo tanto.
Juan Andrada: el más recuperador que tiene la Copa Libertadores con diferencia. Una amarilla tempranera lo condicionó. En la marca no tuvo problemas y erró muy poco en la distribución del juego. Casi abre la cuenta con un tiro libre que dio en el poste derecho del arquero.
Valentín Burgoa: jugó el partido que tanto se esperaba. No le pesó la instancia. Tuvo mucho protagonismo en la primera etapa y generó un penal que luego Viera cambió por gol. En la última casi hace un golazo desde media distancia.
Ezequiel Bullaude: la joya de la Bodega. Pide todas las pelotas y la cuida como nadie. Se hace cargo del equipo aún jugando en una posición más retrasada y con tan sólo 18 años. Participó en la creación del gol de Juan Martín Lucero.
De la Bodega a Sudamérica
Agustín Verdugo: ingresó sobre el final por Bullaude. Jugó de interior por izquierda cuando ya Sporting se venía con todo y al equipo se le complicaba sostener la pelota.