En una definición no apta para cardíacos, el juvenil Roberto Ramírez se acomodó los guantes blancos (que más tarde serían la figura del partido) y se dispuso a atajar la seguidilla de penales que corresponderían luego del empate por 1-1 en el Malvinas Argentinas.
En la recta final que se disputaría “desde los 12 pasos” para Godoy Cruz, habían anotado los jugadores Santiago ”el Morro” García, Diego Viera, Ángel González, Tomás Cardona y en último lugar, Hernán Bernardello. Hasta ese momento, el marcador se mantenía en ventaja para el Tomba, que había conseguido sin obstáculos los 5 tantos que le correspondían.
Sin embargo, el último respiro de Patronato dependía del jugador Germán Berterame, el delantero de 20 años oriundo de Villa María, que tenía en sus pies la posibilidad de mantener en igualdad de condiciones el encuentro: fue en ese mismo instante que todo cambiaría para el conjunto mendocino.
El delantero tomó la distancia que marca el reglamento para ejecutar el penal, procedió a disparar el pelotazo y el ”Chino” Roberto Ramírez, sagaz y visionario, se vistió de héroe atajando la oportunidad del equipo entrerriano de poder clasificar a la siguiente fase de la Copa Superliga.
Así mismo, el número 1 se convirtió en la figura del equipo y del encuentro, dándole la oportunidad a Godoy Cruz de ser rivales de Boca Juniors en la próxima etapa del Torneo y sin dudas, alimentando de ilusión a los hinchas locales que se abrazaron en una noche que diluviaba emoción, y por qué no, esperanza.