Peñarol decidió suspender el amistoso que tenía previsto con Godoy Cruz para ver la Superfinal de la Copa Libertadores entre Boca y River, pero el encuentro se terminó postergando. El plantel ya se encontraba instalado en Uruguay. ¿Y ahora?
No es la primera vez que el Bodeguero resulta perjudicado. Ni será la última. Pero esta vez, se fue demasiado de las manos. La verdadera excusa de la cancelación del encuentro fue para que los “Manyas” pudieran observar la final del certamen continental, aunque también se estima que la venta de entradas fue escasa.
Por otro lado, han pasado dos semanas desde que el Tomba jugó su último partido oficial, y como si fuera poco, deberá esperar 8 días más para enfrentar a Tigre como visitante. Un papelón por donde se lo mire.
El entrenador bodeguero, Diego Dabove, dio su opinión respecto a lo ocurrido: “Lo que pasó fue algo rarísimo. No había ningún porqué para suspenderlo. Le dijimos que nosotros no teníamos ningún problema en jugar a las dos de la tarde o a las nueve de la noche, pero lo suspendieron rápidamente “.
Instalado en Uruguay y con la suspensión confirmada, el plantel tombino decidió entrenar de todas formas. Primero, lo hizo en el hotel para luego trasladarse al bosque de Carrasco. En primera instancia, se realizó un trabajo de activación muscular y de prevención para las lesiones de rodillas. Posteriormente, se pasó a la parte aeróbica.
El plantel regresará mañana a la provincia, y el martes volverá a los entrenamientos en el predio de Alto Rendimiento deportivo de Coquimbito.