Con la idea de que sume ritmo futbolístico, Osmar Leguizamón completó 90 minutos con un discreto rendimiento en la derrota de la reserva por 1-0 frente al Halcón.
El delantero paraguayo no se sintió cómodo en el arranque del encuentro. Le costó encontrar la pelota y hacerse cargo de la generación. Estuvo errático, entregando varios pases a los jugadores visitantes.
Cuando promediaba el primer tiempo, empezó a soltarse y a levantar su nivel lentamente. Primero con un gran pase largo para Lencinas que tuvo tiempo y espacio para llegar al arco rival, pero el zurdo decidió mal y prefirió el remate que asistir a Osmar, que entraba solo por la medialuna del área.
Minutos más tarde tendría otra buena aparición por la banda derecha, dejó en el camino a dos marcadores y se metió en el área, el central del Halcón lo bajó con una dura falta de atrás, pero el árbitro, de forma increible, no cobró penal para el Tomba.
En el complemento sería protagonista en el ataque bodeguero con dos apariciones en el área rival: Lencinas robó en tres cuartos de cancha y abrió para el paraguayo, este se demoró en controlar la pelota y le dio tiempo de reponerse al defensor del Halcón que alcanzó a taparlo; y la otra sería similar, Rouzies comandó el contra-ataque y entrego -corto- para el guaraní que definió forzado y el balón se perdió en el córner.
No habría tiempo para más en el Mundialista. El delantero paraguayo completó 90 minutos de fútbol, sin destacarse ni marcar la diferencia en el encuentro de reserva. Eso sí, su gambeta en el mano a mano -cuando se lo propone- y su buena pegada, tanto de pelota parada como en movimiento, dejan un ilusionarse con que este jugador guaraní se adapte rápido a nuestro fútbol.