El Expreso le regaló a su gente un espectáculo deportivo que hizo crecer la ilusión de mantenerse en la punta hasta el final.
Cuando este club, del interior, en su ascenso se puso a la altura de los grandes para luchar con garras y dientes cada torneo fue creando expectativas en su gente, las mismas que acrecientan partido a partido y copa tras copa. Siempre fue capaz de enfrentar a cualquiera, pero muchas veces lo bajaron o le robaron. Así y con innumerables situaciones en contra, siguió de pie.
Mantenerse en la cima de la tabla de posiciones parece tan sencillo pero… ¿Quiénes se mantienen arriba con el paso de las fechas y los torneos? ¿Los `grandes´ equipos?
Es la historia de los grandes la que sigue arriba. Hoy el Tomba tiene un gran juego en el campo y lo acompaña con su historia, la que se refleja en sus butacas. Y la que va a seguir dando pelea a cualquiera como hasta hoy. Cuando haya un tropezón ella no lo va a dejar caer. Porque historia no es sólo cantidad de copas.
La historia del Tomba se vio hoy y se ve cada fecha. Está en sus tribunas, en las familias que van a la cancha a ver a sus ídolos de cerca y en los que se arrodillan frente a la tele lamentando no poder estar ahí, pero estando lejos se desgarran las manos aplaudiendo cada jugada. También está en las miradas de esperanza de mujeres y hombres, grandes y niños… niños tombinos desde la cuna. En esos ojos llenos de ilusión de alzar la copa, ahí está la historia.
La historia por la que lucha este equipo, estos guerreros
Muchas veces Godoy Cruz pudo llegar, pero lo bajaron arrebatándole la esperanza de ser el mejor. Hoy, una vez más las tribunas del Malvinas se ornamentaron con sonrisas de satisfacción. El hincha acompaña desde el comienzo este proyecto, esta idea de juego, esta identidad que se forja partido a partido.
Orgullosos los jugadores agradecen a su gente que alienta hasta perder la voz porque el Tomba hoy no juega sólo por levantar la copa. Juega por mostrar la historia que está en ellos mismos, en cada latido de esos corazones.