Es una tarde calurosa como muchas de éste enero en Mendoza, aunque no es una tarde cualquiera. Hoy tuvimos la posibilidad de contar con el testimonio de Daniel “El Tanque” Giménez, uno de los emblemas de aquel Tomba que puso a Mendoza en lo más alto del fútbol nacional. En una charla distendida con muchas anécdotas y risas, nos llenó de recuerdos e historias dignos de compartir con los que pudimos disfrutarlo y para quienes no, más aún. Les dejamos una nota imperdible y jugosa como la carrera de éste goleador, que nos brindó su tiempo y no descarta la posibilidad de vincularse nuevamente con La Bodega.
¿Qué te dejó tu paso por Godoy Cruz?
El primero fue bueno, ya que venía de una experiencia dura que fue haber descendido con la Lepra. En el club me recibieron muy bien, me hicieron sentir muy cómodo y además tuve la suerte de salir goleador del campeonato. Respondí a ese apoyo que me brindaron con goles, si bien el equipo no encontró funcionamiento, a mí en lo personal me fue muy bien. Tal vez no conseguimos buenos resultados como grupo, estuvimos siempre en mitad de tabla y nos costó arrancar.
En Diciembre me fui y volví un año después, con el Gato como director técnico. En ese entonces teníamos muy buen equipo, jugamos contra Argentinos Juniors ida y vuelta, ganamos en Mendoza 1 a 0 y perdimos en La Paternal por 2 a 1. Ellos ganaron la promoción a Talleres y ascendieron. En ese equipo estaban algunos como Martina, el Flaco Miranda, Gallo Duarte, Hormiga De La Vega…
Después vinieron Cosme Zaccanti y Sosa, ahí peleamos el fondo de la tabla, fue un campeonato de transición y a todos en general nos fue muy mal incluyéndome. Cuando se fue Cosme llegó el “Chocho Llop”, con él repuntamos un poco y cuando llegó el 2005 se armó el equipo que ascendió.
Ya que mencionaste a la gente del Parque… ¿Sentiste el peso de venir a jugar a un rival?
La verdad es que no, yo quería seguir jugando y como no soy mendocino en ese momento no me sentía representado por uno ni por otro. La gente me recibió bien y yo empecé en Godoy Cruz con el pie derecho, haciendo goles, y eso hizo que la mayoría olvidara mi paso por Independiente.
¿Qué te llevó a volver a Godoy Cruz?
Es un club serio, yo venía de Atlético de Rafaela que estaba en Primera y quería jugar ya que lo estaba haciendo poco. Habían cambiado de director técnico, y el que vino me hizo a un lado, no me tenía muy en cuenta. En ese momento me llamaron San Martín y Godoy Cruz y elegí al Tomba ya que conocía el club y conocía a la gente.
¿Qué te dejó el ascenso como experiencia?
Fue una experiencia muy linda, hasta el día de hoy hay gente que se acuerda de ese equipo y ya pasaron diez años. La gente se sentía identificada con nuestro juego y lo que transmitíamos dentro de la cancha, fuimos los que más puntos hicimos y creo que también éramos los que mejor jugaban. Si vos le preguntás al hincha de Godoy Cruz, ninguno recuerda el segundo ascenso. Sería lindo recibir algún reconocimiento no monetario de parte del club algún día, ya que gracias a ese plantel Godoy Cruz fue el primer equipo mendocino en llegar a Primera División.
¿Qué te pasó por la cabeza cuanto estiraste la pierna para punteársela justito al arquero de Chicago?
Que la sacaba, ya íbamos por el 114’ y éste cuerpo ya no podía más, ¡Estaba a gas! (risas).
¿Con qué jugador te sentiste más cómodo dentro de la cancha?
Con MP (Mauro Poy). Era increíble, yo tiraba la pelota y él sabía dónde iba a caer, o él desbordaba y los centros me iban a la cabeza. Una vez nos escribimos por Twitter, bromeamos con volver al Tomba y enloquecieron todos. Ojalá se de aunque sea para un picadito (risas).
¿Cómo te sentiste al no jugar en primera con el Tomba después de conseguir ese ascenso?
Fue un sabor agridulce, yo me quería quedar pero no daban los números y me tuve que ir. En ese entonces ya tenía 29 años, dos hijos, y necesitaba mejorar mi economía. Por suerte me llamaron muchos equipos ofreciéndome más de lo que me pagaba Godoy Cruz y opté por el dinero resignando volver a jugar en Primera. Hoy me arrepiento, porque si me quedaba tal vez hubiese estado algunos años más en el club, pero eso es algo que no sabré nunca.
¿Tuviste ganas de volver a Godoy Cruz? ¿En qué momento lo hubieses hecho?
Claro que sí. Me hubiese encantado retirarme en el Tomba, al menos estar en el plantel e ir al banco y en los últimos dos partidos entrar. Me quedó esa cuenta pendiente, pero no sabía si los dirigentes y técnicos iban a querer. Hubiese vuelto después de ascender con Chacarita, en 2010 u 11, con la idea de pelear un puesto que fue lo que siempre hice.
¿Con qué delantero te sentís identificado de los que pasaron desde 2006 hasta hoy?
Con Mauro Óbolo. Es un jugador muy técnico, cabeceaba bien, sabía ubicarse dentro del área y hacía goles, que es lo que le importa al hincha.
¿Y de los que se fueron, quién te gustaría que vuelva?
Mauro Poy, Nico Olmedo, Enzo Pérez, Pipa Villar, Seba Torrico y toda esa banda linda.
Para vos, ¿Qué tiene Godoy Cruz que no tiene ninguno de los equipos en los que jugaste?
Que es un club de barrio, es muy familiar. Se hace fuerte a base de esfuerzo y sacrificio, con muchas ganas de crecer y progresar.
¿Qué cambios notás en Godoy Cruz? Tanto en lo futbolístico como en lo dirigencial.
Todo fue de la mano, Godoy Cruz creció mil por mil. Nosotros teníamos poca ropa y escasos elementos de trabajo. Actualmente vas al club y en utilería tienen indumentaria para todos, las divisiones inferiores están bien vestidas, tienen un predio hermoso en Coquimbito que hasta les permite hacer la concentración ahí mismo y están renovando el Gambarte. Como institución progresó muchísimo, todos los años vende uno o dos jugadores y no se le debe nada a nadie, cuando hay clubes que adeudan millones de pesos. En ese sentido las cosas están bien, tal vez la gran cuenta pendiente es la de armar un equipo y empezar a hacerse fuerte como lo hace Belgrano, que mantuvo la base y hace algunos años están peleando cosas importantes, siempre entre los primeros cinco.
¿Qué te gustaría aportarle al club?
Primero me gustaría trabajar en el club, dirigir alguna categoría y el día de mañana Primera División. Me gustaría demostrar que tengo capacidad para la dirección técnica, me tengo más fe como técnico que como jugador.
¿Cómo sería Daniel Giménez DT?
Me recibí hace algunos años. Sería muy rompe h…, detallista. Adaptándome a lo que tengo, pero con una idea de juego. Siempre depende de la capacidad de los jugadores, si ellos están bien, como los pongas van a funcionar correctamente. Si están mal y no captan el mensaje se hace difícil. Como dije anteriormente todo depende, hay momentos en los que hay que sacar puntos, y otros en que hay que ganar.
¿Cuál sería tu once ideal, con jugadores que han pasado por Godoy Cruz?
Elijo a los del año 2005/2006, poniendo en mi lugar a Óbolo y a Nico Sánchez de central, y tendría en el banco a algunos que me gustaron mucho como El Mago Ramírez, Castillón, Sigali… Si te ponés a hacer memoria a veces se te escapan varios, el Cachorro sería un gran 9, con todo lo que hizo en el Tomba, es un histórico. Creo que nosotros nacimos diez años antes, hoy con ese equipo hacemos un lío hermoso.
¿Te considerás ídolo del Tomba?
Creo que el hincha se acuerda de mí por los goles a Chicago y por lo que era dentro de la cancha, pero comparado con el Cachorro Abaurre, que hizo inferiores, ascendió y salió de Godoy Cruz, no me considero ídolo ni creo que los hinchas lo hagan. Tuve la suerte de estar en el momento justo en el lugar indicado, con aciertos y errores pero siempre dejé todo.
¿Seguís de alguna manera ligado al fútbol?
Sí, estoy jugando Futsal en La Cumbre, un equipo de amigos. Salimos campeones y ahora nos toca ir a Misiones a representar a Mendoza.
Sin dudas el Tanque es uno de aquellos jugadores que pasaron y dejaron una huella imborrable en la institución y que pese a todo, los idas y vueltas y los destinos futbolísticos, el amor será mutuo y para siempre.