Por la fecha 11 de la Copa Binance, Godoy Cruz estuvo muy cerca de doblegar a Boca en su cancha.
En esta nueva etapa, el “Tomba” dirigido por el binomio Orsi-Gómez tenía una muy dura prueba. Luego del partido ante Vélez, la dupla afirmó que irían a Buenos Aires en busca del batacazo. Esto no quedo solo en palabras, el equipo fue por la victoria y la mereció de principio a fin.
A diferencia de anteriores análisis (que he tenido el placer de realizar) este se abarcará de una forma diferente. No se seguirá el patrón de hablar de ambos tiempos por separado y se unificará todo en un criterio.
El partido en líneas generales fue de Godoy Cruz, Boca tuvo algún que otro destello, pero se vio totalmente superado. La dupla supo planificar bien el partido, salvo contadas excepciones en defensa no se sufrió y, si el partido termina con 4 goles para la visita nadie saldría sorprendido.
Al César lo que es del César. En varias oportunidades se ha criticado el nivel de Ortíz y Breitenbruch, ayer fueron lo mejor de la defensa demostrando una actuación superadora. Ambos estuvieron intratables, Boca sufrió mucho para conseguir situaciones y la más clara que obtuvo fue a través de un penal que el colegiado decidió regalarle al local.
El tema criterio arbitral es lo principal en estas fechas. Desde la llegada del VAR, las polémicas no hacen más que aumentar. Godoy Cruz tuvo un claro penal a favor que ni se molestaron en revisar y, a pesar de esto, los 3 puntos pudieron haber viajado a Mendoza tranquilamente.
Retomando el análisis sobre el juego, el “Expreso” supo manejarlo. En los pies de Ojeda llegaban las más claras, Salomón está intratable, Negri demuestra que es un lateral de Jerarquía y Acevedo deja en claro que, de haber jugado más minutos en las fechas anteriores, otro podría ser el cantar.
A pesar del enojo de no obtener los merecidos tres puntos, el conseguir sumar en la Bombonera es algo que no se lograba hace mucho tiempo. Orsi-Gómez han compactado al equipo, lo volvieron sólido y duro de quebrar. Por el momento, el cambio ha sido muy positivo, falta terminar de afinar el último toque, pero el panorama es esperanzador.
Para que el empate de anoche tome valor, se debe conseguir ganar los dos partidos que quedan en Mendoza y doblegar a Barracas. Quedan tres finales, la primera es ante un Lanús que los mira a todos desde abajo pero que tiene una calidad individual digna de preocuparse y ocuparse. Hasta entonces, se puede esperar ir al Malvinas con fe de obtener un resultado favorable.