Como viene sucediendo en los últimos encuentros, cada ataque del rival parece oportunidad de gol, y así fue el inicio del partido. Cuando el reloj todavía no marcaba el primer minuto de juego, un envío al área por la banda derecha estuvo a nada de acabar dentro de la red, Nicolás Cordero no logró conectar y todo Godoy Cruz suspiró con tranquilidad.
La primera del Tomba iba a llegar luego de una presión alta, como es característico en los equipos que conduce Mario Sciacqua. Gabriel Carrasco se la estirpó al marcador central Merolla, remató al primer palo y por fortuna para el Quemero, encontró a Antony Silva bien parado.
El Expreso parecía acomodarse cuando transcurrían los minutos, sin dominarlo, manejaba la pelota en campo propio y era vertical por las bandas, pero atrás seguía sufriendo cada ataque del Globo. Tanto es así, que a los 10´, Cordero cabeceó solo debajo del arco e increíblemente despilfarró la oportunidad de marcar.
El partido era intrascendente, poco juego de ambos y mucho revoleo sin sentido. Los dirigidos por Israel Damonte, hombre con pasado en Mendoza, generaban algo más que su contrincante. Nuevamente un centro pasado desde la derecha, el cual recibió Ibáñez, terminó por arriba del travesaño ante la atenta mirada de Rodrigo Rey.
Después de tres meses, sí, tres meses sin convertir un solo tanto, se terminó la sequía en tierra mendocina. ¿El autor?, Santiago Damián García. El uruguayo poco antes de ir al descanso le daría la tan ansiada ventaja al Expreso, luego de una espectacular jugada individual de su compatriota, Miguel Merentiel, el Morro remataría cruzado de zurda y así sellar el primer gol del partido.
Comenzado el complemento, nuevamente se repetiría la dupla. Merentiel conduciendo en ataque, pared con García, quién puso una asistencia de videojuego, y a cobrar. El Tomba ganaba 2-0, sin generar mucho y con un alto grado de eficacia, logró establecer un clima de satisfacción en el Estadio Malvinas Argentinas.
Ahora sí, con el resultado a favor, Godoy Cruz comenzó a plasmar un juego mucho más vistoso. Pelota al piso, diversas diagonales de los delanteros y buena conducción en el medio, fueron los factores para que siguiera generando peligro.
Llegado al cuarto de hora, nuevamente en acción el Morro, quién dominó un balón que parecía imposible, abrió para Lomónaco y este exigió nuevamente al arquero Silva, quien logró desviarla al tiro de esquina.
Nada contento se encontraba Damonte, por esta razón movió el tablero y colocó en cancha jugadores de ataque. Por el otro lado, el DT tombino vio el accionar de su colega y tomó cartas sobre el asunto. Reemplazó a Merentiel por Henríquez para tener más control y contención en el centro del campo, sin perder la idea de seguir atacando y creando oportunidades.
A los 28′, el hincha conoció una de las incorporaciones del último mercado de pases, Christian Almeida. El ex Belgrano de Córdoba, ingresó por Valentín Burgoa, quien fue ovacionado por todo el estadio.
Corrían los minutos y cada vez estaba más cerca el pitido final del encuentro. Huracán iba más con ímpetu y con amor propio que con juego. A los 41´, Alanís cometió una falta cerca del área y le dio la oportunidad a Gómez de descontar el marcador, pero estrelló el balón en el travesaño.
De tanto insistir, el Globo encontraría el primero de tijera de la mano de Vieyra, quien hizo una verdadera exquisitez, colocaría a su equipo en disputa.
Parecía no quedar más, todo Mendoza anhelaba el final, pero el visitante tendría una más. Curruhinca, ingresante desde el banco de suplentes, cabeceó en la puerta del área y casi empata el partido.
Terminó sufriendo pero con una sonrisa de oreja a oreja, Godoy Cruz volvió a ver los tres puntos después de cuatro fechas y dejó un poco de tranquilidad en la Bodega.