Luego de la dura caída ante Colón en cancha de Patronato, Godoy Cruz tenía la tarea de enfrentar a un rival directo en vista a los promedios.
Comenzado el partido, se pudo observar a un local agresivo, con muchos (tal vez demasiados) balones aéreos se buscaba lastimar a la visita.
La intención del “Tomba” era explotar la velocidad de Matías Ramírez y Martín Ojeda. Nelson Acevedo (algo errático) tomó la batuta en los primeros minutos y de a poco se invadía el área de Aldosivi.
Con el transcurrir de las fechas, se ha vuelto habitual patear mucho y convertir poco. Godoy Cruz contó con un gran número de situaciones que no supo convertir (y la que convirtió, fue anulada).
Y para empeorar la situación, la ineficacia de cara al arco rival hace más evidente la poca solidez defensiva (cada vez se defiende peor y los números están a la vista). Con tan solo una llegada Martín Cauteruccio puso en ventaja a los suyos.
Finalizada la primera parte, el local fue superior en las estadísticas. El conjunto marplatense jugó poco y nada (aun así, bastó para ir al descanso con victoria parcial).
El desarrollo del complemento no denotó variantes. Mucho ataque, poca eficacia y falta de suerte. También se repitió el patrón “puesto por puesto” que tanto le gusta a Diego Flores (prácticamente sus cambios son cantados).
Llegada la media hora, y tal vez tarde por el contexto que se vive, el entrenador decide hacer debutar a Salomón Rodríguez (compartió ataque con Tomás Badaloni).
Se intentó, con más énfasis que fútbol, pero la suerte estaba echada. Aldosivi (con poco y nada) superó 2 a 0 a un local agonizante.
Lo fácil sería recaer en el desempeño de la terna arbitral. A pesar de los fallos del colegiado y sus ayudantes, Godoy Cruz se encuentra en esta posición por culpa del mismo Godoy Cruz.
El equipo de Flores, de forma progresiva, se volvió endeble y paga muy caro cada error cometido. En un año donde el descenso es tema principal, no hay margen de error y estos se cometen a montones.
Después de tres fechas, y de una larga racha negativa, el “Traductor” no pudo volver a encontrarle la vuelta al equipo, nunca negoció su esquema de juego (el cual ha sido demasiado errático y por momentos insólito) y su continuidad es insostenible.