Godoy Cruz venció a Banfield esta tarde y por 3-1. Justo en el domingo de Pascuas para la fe católica. Justo este domingo, el Expreso resucitó de esa seguidilla de derrotas que traía en el torneo doméstico.
Sin dudas, la victoria copera frente a Libertad fue un verdadero envión anímico para el plantel pero también cargó de confianza en Bernardi las arcas de los hinchas que, aunque no aparente, ya lo miran con un dejo de “empecemos a ganar Lucas”.
La lluvia no iba a dejar de molestar en toda la tarde, esa lluvia finita y estorbosa que cientos de hinchas se aguantaron en las gradas del Malvinas Argentinas. Como si eso fuera poco, la visita arrancaba la tarde ganando con un gol del inoxidable Darío Cvitanich que dejó, extrañamente, a un Rodrigo Rey sin hacer demasiado para evitar el tanto.
Después llegaría el empate. Javier Correa iba a empezar a enderezar el rumbo de este barco Tombino en la tarde; un mar que después del gol en contra iba a embravecer e iba a estar sembrado de dudas e imprecisiones.
Un párrafo aparte merece Luciano Abecasis. El Chiqui que con el partido de hoy volvió a meterse en el corazón del hincha se lució e hizo de su banda la pizarra donde cada jugada diagramada se imprimía a la perfección y se ejecutaba aún mucho mejor.
Sánchez y Benítez sin ningún tipo de gravitación, y Pol jugando de Angelito González (ausente con aviso) fueron de lo más flojito. Buen desempeño del 10 tombino, Gastón Giménez.
El complemento iba a estar marcado por un cambio de 180° en el nivel de juego. A los doce minutos de juego, el Turco Angileri no se perdió en ninguna niebla. Abecasis (quien sino) tiró un centro como con la mano y ahí estaba Fabrizio para mandarla a guardar y dar vuelta el resultado. El frío que había en el ambiente se transformó en calor del hincha que bajaba de los tres costados habilitados en el Mundialista.
Desde ahí, el trámite fue otro. La entrada de Garro (envuelto en el murmullo constante desde que se perdió aquel gol frente a Mineiro) presagiaba que se iba en busca de liquidar de una vez el encuentro. Por el lado del Taladro, poco y nada. Pero ojo, si a Banfield lo dejás ir, va. Y así se dio. En la mitad de la cancha, con el dominio un poco más de la visita, a Giménez se le fue un poco la pierna y el exagerado Diego Abal le sacó una roja directa que mandó al mediocampista directo al vestuario, entre lágrimas.
Con uno menos y cancha pesada, el partido se hacía por demás complejo.
Pero este Tomba va al frente, con actitud. Y esa actitud generó una remontada por la banda diestra que terminó en la mano de Matheu. Eso sí, dentro del área chica. ¡Penal! sentenció Abal y Correa se metió al hincha en el bolsillo. Gol y quinta amarilla (sonsamente) y fin del partido.
El Expreso venció en su casa en un partido que de inteligente solo tuvo 45’, los del segundo tiempo. El primero fue bastante flojo pero quedó en la historia ya.
A recibir a Sport Boys, a visitar a Talleres y después… Después San Martín. El clásico, desde ya, se empieza a respirar.