En el marco de la fecha 19 del Torneo Socios, Godoy Cruz se enfrentó a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, duelo que concluyó en 1 a 0 a favor del local con gol de Franco Di Santo. Acá, el análisis.
Poco memorable el primer tiempo del Tomba. Sucumbió ante la iniciativa del local, tras la poca sincronización de los movimientos de salida al espacio y retorno a la línea del medio por parte del doble cinco Acevedo-Abrego. Faceta clave del juego teniendo en cuenta el planteo de Diego Flores, quien asignó marcas específicas a los futbolistas del Cuervo y que en la práctica se dieron muy forzadas y exigidas.
Frustrada la propuesta del Expreso, el Ciclón se hizo de la pelota y lastimó -casi siempre partiendo por izquierda-. En medio del vendaval desorientador que obligó al visitante a los pelotazos, un descuido de Ábrego, aprovechado por Nicolás Fernández, dejó expuesta a la defensa y Leonel González no pudo impedir el remate de Franco Di Santo que generó el 1 a 0.
En este sentido, la ubicación de Bullaude sobre la banda le quitó al equipo tenencia y pase. El tridente de mediapuntas no tuvo aciertos colectivos y Badaloni quedó excluido de la tendencia en la que devino el encuentro. El nueve estuvo ajeno de compañeros que le acercarán chances de gol.
Por otra parte, el rigor arbitral para definir la gravedad de faltas concretas se dio de manera cuestionable, ya que por característica, algunas podrían haber sido de amarilla.
El complemento le sentó apenas mejor a Godoy Cruz en su comienzo, pero luego de 10′ llegó una mala noticia: la lesión de Gonzalo Ábrego. El mediocentro salió con dolores en rodilla y tobillo y encendió las alarmas, dado a que se trata de una pieza elemental para el equipo. Fue reemplazado por Matías González.
Con el correr de los minutos, la desesperación le pesó en contra al Bodeguero. Se desordenó, y los cambios no trascendieron, incluso quedando un esquema roto, con un mediocampo sin referencias (apenas Nelson Acevedo, con el cansancio en contra) y pocas opciones para descargar. La ocasión más clara estuvo en manos de Ramírez, pero la pelota fue desviada por un futbolista rival.