Cuando hay sequia de victorias, un triunfo de visitante es equiparable a un vaso de agua en el desierto. Hoy, los 3 puntos en 1 y 57, significan un subidón impresionante para Godoy Cruz.
Real prueba de carácter. Había que demostrar y se hizo. Con fallos, con sufrimientos pero también con méritos y actitud. El Tomba se plantó y se llevó lo que fue a buscar.
Hubo poco fútbol. El Expreso se preparó para aguantar y salir de contra. Oldrá “quemó” el libreto y no optó por dominar el juego. Inteligente decisión teniendo en cuenta lo que muestra Estudiantes.
Imperial actuación de Barrios y Rasmussen. Devolvieron todo y fueron auténticas paredes en la cancha del “León”. La defensa tombina fue un muro impasable para Boselli y compañía.
Floja actuación de los laterales. Se vieron sobrepasados por la continua subida de las camisetas blanquirrojas. Guillén juega a perfil cambiado y eso dificulta su andar. Arce tiene un perfil más ofensivo y el retroceso le cuesta.
Olvidable labor de Leyes y Fernández. Arrastran malos partidos y hoy no fue la excepción.
Qué decir de López Muñoz. El mejor jugador del fútbol argentino (sin exagerar). Amo y dueño de la pelota, creador absoluto y elegancia extrema para tratar al esférico (Ascacibar todavía lo está buscando).
Allende aportó lo de siempre. Actuación no muy destacable hasta que creó un golazo (como de costumbre) obra y gracia de su notable insistencia.
Mala tarde de Barrea y Conechny. De ambos se esperaba más y no estuvieron a la altura. Para colmo, al atacante “pelirrubio” le mostraron la cartulina roja y estará ausente ante San Lorenzo.
En resumidas cuentas. Gran partido. Se hizo lo que se tenía que hacer y se desmotró estar a la altura de las circunstancias.