En un encuentro íntimo y exclusivo, La Página Bodeguera dialogó con Sebastián Méndez, actual Director Técnico del Club Deportivo Godoy Cruz Antonio Tomba. El “Gallego”, conocido por haber sido un jugador temperamental y aguerrido; un manager dedicado, meticuloso y pensante, y un hombre sin pelos en la lengua; nos atendió muy amablemente y habló de todo un poco…
Aunque comenzó afirmando lo difícil que le resulta hablar de sí mismo, cuando le consultamos cómo se define como DT, manifestó: “Lo que puedo decir es qué es lo quiero ser como Director Técnico, que puede dar resultado o no. Intento ser cercano al jugador, estar en los pequeños detalles que son los que hacen a los partidos, y en base al respeto convencerlo de qué es lo que pretendemos como equipo. Lo más difícil para un entrenador es convencer a un grupo, y del mismo se desprende un equipo. Uno sin el otro no existe, en estos tiempos es fundamental, y si el grupo te sabe honesto, con las decisiones que tomes ya ganaste mucho. También intentar que el conjunto se mantenga bien, trabajar más con quienes no juegan habitualmente, y estar más encima de ellos que de los que juegan, ya que están contentos porque tienen ese lugar. Es lo que intentamos siempre, y no queremos desviarnos de ese camino.
Por otro lado, mi secreto son mis colaboradores: tengo buenos y leales, y de ninguna manera podría trabajar sin ellos. Es confianza en la gente que trabaja conmigo, apoyo del club, y fundamentalmente los jugadores.”
Con respecto a su idea de juego y a lo que apunta cada vez que planifica un partido, expresó: “La idea madre es salir a atacar, agredir al rival en el sentido futbolístico, no perder de vista el arco de enfrente, y mantener la presión alta. Los mejores momentos de Godoy Cruz, a mi entender fueron cuando ejercimos dicha presión y funcionaba.
Como DT lo primero que quise inculcar es el carácter. El equipo tiene que tener carácter y deseo, no sentirse inferior a nadie, o no puede ganar. Hay muchas cosas que trato de implementar a diario, como el respeto por la gente. Eso tiene que ver con el juego en definitiva, porque tenés que pensar que jugas con público, y a ellos les tenes que devolver algo. El plan de ir a la cancha es caro, no podés ofrecer un planteo mezquino.
Desde lo futbolístico, el trato a la pelota: evitar el “pelotazo”, salir jugando, ser prolijos en las salidas y tener un patrón de juego. A mi entender hoy nos está faltando, carecemos de esa idea bien definida de juego, pero estamos en la búsqueda; lo grave sería no hacerlo, o quedarse en el pasado y dejar que todo transcurra. Queremos la perfección, y aunque no exista, pretendemos llegar a lo que más se asemeje a ella.”
También mencionó los pros y contras de contar con un plantel joven: “La ventaja es que los chicos son maleables, podés volcar ideas en ellos y escuchan y ejecutan, y la desventaja es que muchas veces la experiencia te salva de situaciones en los partidos, donde no se puede interceder. El equilibrio justo sería con jugadores jóvenes, y una buena mezcla de experimentados, quienes en definitiva son los que pueden volcar eso en la cancha primero, y luego a sus compañeros.” Y agregó: “Éste es un grupo fantástico, se merecen que yo esté en mi mejor versión, que estudie al rival y venga con mi mejor energía. Si me quedo con algo y no le doy todo al grupo, me sentiría mal y ellos se darían cuenta porque me conocen. “
El Gallego manifestó su alegría con respecto a la participación de Godoy Cruz en la Copa Libertadores del siguiente año, pero comentó que no era un objetivo que concretamente se había propuesto: “Cuando llegué ví todos los partidos del ciclo anterior con Heinze y Oldrá, y quería modificar algunas cosas. Entendía que había material y que con algún refuerzo podíamos mejorar, y con el correr de los partidos me dí cuenta de que podíamos pelear arriba, codearnos con los grandes y estar en la punta, y lo mantuvimos muchas fechas. El desafío es volver a ser protagonistas en todas las canchas, para mí la mayor virtud del semestre pasado, era que se jugaba de la misma manera tanto de local como de visitante. “
Y añadió: “Para mí es un orgullo, y creo que para todos lo es. Godoy Cruz es un equipo joven en primera, y del interior, con lo que eso conlleva. Sabemos que las injusticias son grandes con los equipos del interior, y es un logro que consiguieron los muchachos, el club, y nosotros como cuerpo técnico celebramos. Mi satisfacción es por el trabajo hecho, ver que todo lo que se habló y se volcó, todo lo que reímos y lloramos, dio frutos y para mí no es poco.
Peleamos muchísimo para llegar esa Copa Libertadores, inclusive perdimos el partido contra Estudiantes y tuvimos que esperar. Más allá de la confirmación, a los días se dio lo que se tenía que dar naturalmente.”
El flamante DT tombino cuenta con vasto aprendizaje vivido a lo largo de sus años como futbolista, y explica qué aporte puede dar a sus jugadores con respecto a la copa, en base a su vivencia: “A los jugadores trato de volcarles mi experiencia, lo que sentí en todo momento. Mis ayudantes también fueron jugadores y es una charla que tenemos regularmente. Caería en un error si pretendo que nuestros futbolistas sean como fuimos nosotros, y personalmente espero no tener ningún jugador como yo (risas).
A estas copas internacionales hay que jugarlas a muerte y tratar de disfrutarlas, que es algo que jamás pude hacer en casi 500 partidos en primera. No podía por mi posición en la cancha, y por mi personalidad, ganando 5-0 yo no podía permitir que me pasara el nueve, le cortaba las piernas. El grado de concentración era máximo para mí, cada pelota tiene un valor esencial y es lo que intento transmitir. Me gustaría pasar para que la gente y ellos lo disfruten, el jugador se debe a la gente. Un pasaje a segunda fase o más, sería muy importante para el club y todos los que pagan su entrada. “
Sorprendidos por sus palabras, quisimos saber si en su nueva función logró cambiar ésta sensación, y ratificó: “Como DT tampoco he podido disfrutar de ningún partido, no pude hacerlo ni el partido de pretemporada contra Maipú. Aun así tengo mis maneras, cuando paso tiempo sin dirigir me pongo triste, entonces cuando no trabajo me vuelvo más productivo y miro mucho fútbol para analizar qué se hizo bien y qué se hizo mal.”
Como hinchas sabemos que no ha sido simple para el Tomba posicionarse donde actualmente está, sino todo lo contrario, y Méndez comentó que tampoco lo es, estar al mando: “Es difícil ser DT de un equipo del interior, te das cuenta de un montón de cosas a las que antes no dabas importancia. Se da una una transformación que va sucediendo, unís tu causa con la del club y te ponés la camiseta. De golpe un día te ves peleando en los medios, diciendo cosas que otros no se animan a decir, y muchas veces trae repercusiones, pero cuando confío y creo en algo voy directo hacia eso. Siempre voy a decir lo que pienso y no voy a cambiar, a veces veo las injusticias y el fútbol es un juego hermoso donde juegan 11 contra 11. Los dirigentes en el momento del juego no participan, y el mejor árbitro es el que pasa desapercibido”, finalizó.
Ya con fecha confirmada para el choque ante San Lorenzo por Copa Argentina, hablamos con respecto al lugar en que se disputará el partido, y de la polémica que genera que el mismo sea en Buenos Aires, muy cerca de la cancha del Ciclón: “Creo que hay que jugar el partido, me hubiese gustado que sea en un lugar al que pudiesen asistir más hinchas de Godoy Cruz, pero como entrenador acato el día y horario, y preparo el equipo de la mejor manera. Aun así, sé que San Lorenzo convoca gente en donde sea, pero sí me parece que no es lo más adecuado para la gente del Tomba. Entiendo el enojo de la gente, y hasta lo comparto, pero no podemos desviar el foco.”
También se hizo mención a la frase futbolera “El fútbol da revanchas”, por aquel partido contra San Lorenzo, pero Méndez no está de acuerdo con la misma y aclaró: “Yo creo que los jugadores no tienen que tomarlo como una revancha, cuando estás enojado eso no te deja pensar y el campeonato pasado terminó. No se trata de merecimientos, pero hicimos todo para llegar a la final y no nos alcanzó. Perdimos, y si repasamos el partido no me parece justo el resultado, pero en el fútbol se trata de quien hace un gol más y ese día lo hizo San Lorenzo. No es revancha, es simplemente un partido importantísimo que puede dejarnos en 4tos de final de la Copa Argentina.”
Más allá de no tomarlo como revancha, comentó que prepara a los jugadores para éstos partidos de una manera especial: “Contra Banfield y Estudiantes de Buenos Aires lo preparamos así, la Copa tiene eso, no te da la vuelta. En el torneo podés empezar mal, pero acá es un solo partido, si tenés una buena noche seguís y si tenés una mala noche, te vas a tu casa. Se plantea de otra manera, se prepara como un encuentro en que no hay margen de error: ganás, seguís; empatás, penales; perdés, te vas.”
El cabecilla tombino tuvo unas palabras para el hincha de Godoy Cruz, y se siente agradecido por el apoyo: “Ésta gente nos ha dado mucho, el otro día (contra Unión) no terminamos muy bien, estábamos un poco apretados. Los últimos 5 minutos todos se levantaron y dijimos: están con nosotros. Cuando era jugador me encantaba que hicieran eso, te da un plus, una corrida, un pulmón, una trabada más; sé que lo van a entender de esa manera y nos va a acompañar. Creo que saben que éste plantel -sacando el partido contra Olimpo- juega con intensidad y ganas, y eso nos mimetiza. Si uno brinda mucho, la gente se termina levanta, el efecto se produce desde adentro de la cancha hacia afuera. Es un proceso explosivo, para levantarlos tenés que atacar, y ellos siempre te lo devuelven con un aplauso, o mil maneras.”
En relación a las cábalas, y a su distintiva vestimenta de campera de cuero y jean, confió que: “Tengo más de una campera, y no son todas iguales. Tienen que ver con mi forma de vestir, mis gustos personales y con la música que escucho; no me siento cómodo con traje. Hay marcas que me ofrecieron vestirme pero prefiero comprarme mi ropa. Además soy daltónico, no salgo del blanco o negro. Va todo por lo mental, no pasa por una campera; puedo usarla y el equipo juega bien o mal igual. Es el valor que le da cada uno.”
Si bien no cuenta como cábala, profesó: “Soy muy creyente de Jesucristo y aunque no soy Católico practicante, en casa tengo imágenes y una vela. En éste tiempo en Godoy Cruz agradecí más de lo que pedí, sólo pido salud para mi familia, ya que si ellos están bien yo puedo trabajar tranquilo.”
El fútbol argentino no vive un buen momento, y Sebastián Méndez realizó un aporte que cree que podría cambiar el presente y el futuro del mismo: “Creo que tenemos que entender los que vivimos de esto, que si no cedemos no vamos a llegar a un acuerdo. Si todos los calendarios estuviesen diagramados previo al comienzo de los torneos no estaríamos peleando por ejemplo, por el horario de los partidos. Sería bueno que eso suceda, pero para ello se necesita cero improvisación y 100% planificación. Para esa planificación hay que ceder, pero no siempre tiene que hacerlo el club más débil e imponerse el más grande. Hay que ponerse de acuerdo y dialogar, o el fútbol se va a romper; el camino es que todos se sientan dentro de todo satisfechos” sentenció.
Volviendo al deporte en sí, dejó un pensamiento que seguramente compartirá más de uno: “El fútbol es como una droga, y aunque no he probado ninguna, intuyo que es la mejor porque es adrenalina pura. Antes de morir, me gustaría poder vivir nuevamente esos 15 segundos previos a entrar a la cancha; es muy difícil explicarlo, pero se generaba algo en tu cuerpo que a mí me movilizaba de tal manera, que sentía que podía derribar una pared, es la última imagen que tengo como jugador. Eso es algo que no volví a sentir, quizá no lo veo como un disfrute, pero a mí eso me alimentaba. Volcar la pasión es complicado, en la vida se es apasionado o no, para todo.”
Para finalizar, le pedimos que, con jugadores de Primera División, armara su “Once Ideal”, y sin titubear contestó: “Elijo a los once de Godoy Cruz, los que van a salir el próximo partido. Hay muchos jugadores que me encantan, pero elijo a los míos”, concluyó.
Elaboración Periodística:
Lucas Masi
Carolina Páez
Agustín Veliz